jueves, 28 de mayo de 2009

De Guate-mala a Guate-peor

Los editoriales que presento a continuación, brindan una ampliación a mi entrada inicial sobre el caso de las evaluaciones a los maestros. Debo coincidir con sendos quintacolumnistas, al afirmar que Emilio Palacio y sus comentarios son biliosos. No obstante, mas allá de la hiel con que sus comentarios estén impregnados, no puedo aventurarme a afirmar que estos carezcan de verdad. Los analices de Campaña son bastante claros en cuanto al marco teórico legal que sustenta sus palabras.

Ambos editoriales demuestran que las buenas intenciones que a primera vista se pueden percibir del ministro Vallejo y del estulto y oprobioso gobierno al que éste sirve, son solo eso, buenas intenciones que ocultan una intencionalidad mas siniestra: pasar el control de la mediocridad y del proceso que la genera, de las manos de un mediocre y parasítico gremio, a las manos de aquellas mentes lúcidas, corazones ardientes y espíritus altivos y soberanos de la robo-lución. Este gobierno busca controlarlo todo. El comunismo despótico, autoritario, totalitario y vulgar se va afianzando poco a poco.

Lo dije antes y lo repito hoy: el gobierno de la robo-lución ciudadana se mandó a confeccionar una constitución a la medida de sus despropósitos y para amparar "constitucionalmente" cualquiera de sus arbitrariedades e imposiciones. No obstante, los batracios de la UNE, gremio que apoyó a su ex-lider a encaramarse al poder, y luego a abortar esa constitución, ahora se valen de la misma, para ofrecer resistencia, amparándose, irónicamente, en ella. El gobierno, por su parte, planea irse por encima de lo que su propio mamotreto dice, para imponer su voluntad, confirmando que ese adefecio que brotó de la cloaca de Montecristi, simplemente sirve para que el gobierno se lo aplique a sus opositores y adversarios, o en su defecto a sus detractores y desertores, cuando a éste bien le convenga, o por el contrario, simplemente, dicho libelo extendido hace las veces de letra muerta a la cual se le da uso en el retrete.

Leamos pues.

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¿Incompetencia comprobada

Por Joffre Campaña Mora

El Presidente acaba de señalar que los maestros que no acudan a la evaluación serán destituidos. Se fundamenta en el artículo 38 literal a de la Ley de Escalafón y Carrera Docente. Este artículo establece que los maestros cesan en sus funciones por “Incompetencia profesional debidamente comprobada. Sin embargo, según la ley ecuatoriana, para que un maestro pueda ser cesado en sus funciones, su conducta debe estar prevista, de manera exacta, en la ley. No se pueden establecer estas conductas mediante decretos del Presidente. Esta descripción exacta de la conducta merecedora de sanción es lo que constituye el tipo penal o administrativo, es decir, la conducta que los destinatarios de la sanción conocen como causa exacta para que les sea aplicada dicha sanción. Los maestros saben que se les aplicará la sanción de destitución si se les comprueba incapacidad manifiesta. Pero no se los puede destituir por no acudir a la evaluación. ¿Por qué? Porque tal sanción no está prevista en la ley. La comprobación de incapacidad constituye una manifestación expresa, positiva, de que un maestro es incapaz profesionalmente. En cambio, su negativa a ser evaluado no constituye demostración plena y efectiva de su incapacidad, y esta falta de demostración de incapacidad no puede presumirse ni establecerse por decreto del Presidente. De hecho, muchos maestros absolutamente capaces no aceptan ser evaluados, fundamentando su no aceptación, en un proceso de evaluación, que a su juicio, está viciado. Esta descripción exacta de la conducta es necesaria para evitar la aplicación de sanciones arbitrarias. Si a un niño le prohíben comer galletas, lo que no puede hacer es comer galletas. Si lo hace, se le aplica la sanción previamente establecida. Pero, si el niño del ejemplo come chocolates, simplemente no le puede aplicar la sanción prevista para quienes comen galletas. Con este antecedente, analicemos la conducta prevista como merecedora de una sanción en la Ley de Escalafón y Carrera Docente. El tipo previsto en la ley es el de la incompetencia profesional debidamente comprobada. Es decir, se requiere en cada caso particular que la incompetencia profesional de los maestros sea acreditada suficientemente. Para ello, no basta con presumir que quien no acude a rendir una prueba o incluso dos pruebas, sea un incompetente profesional. Esta presunción no está prevista en la ley. Para que se pueda aplicar la sanción de destitución a la falta de concurrencia a rendir dos pruebas, se requiere que una ley así lo establezca. Si la ley no lo establece, un decreto no lo puede establecer, ni siquiera con el argumento de que se está interpretando la ley, ya que por decreto no se pueden interpretar leyes. Lo anterior no significa que no crea, como en efecto creo, que la educación pública en este país es menos que mediocre y que exige profundos cambios. Lo que ocurre es que creo que los remedios no pueden lograrse prescindiendo de la ley, ya que si aceptamos que la ley no existe, entonces estaremos aceptando que la voluntad del poder no tiene límites, y con ello aceptando que seguimos en la época de las cavernas

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Reprobó Vallejo

Por Emilio Palacio

Ayer visité la escuela del milenio Alfredo Vera Vera, en la avenida Narcisa de Jesús, al norte de Guayaquil. Caí sin avisar. Aun así me permitieron recorrer el sitio, meter la nariz y hacer preguntas. Me contaron que hace tres meses ingresaron ocho delincuentes que se apoderaron de 39 computadoras. El Ministerio repuso los equipos, pero las computadoras y las pizarras digitales todavía no funcionan completamente porque hay que asegurarse primero de que los ladrones no tengan una nueva oportunidad. Aun así me quedé gratamente sorprendido. Con toda esa tecnología aún esperando, la escuela funciona extraordinariamente bien. Los niños se ven muy contentos. Están interesados en lo que aprenden. Saben que no todos tienen su suerte, y la quieren aprovechar. Ese entusiasmo debe ser muy contagioso, porque al ver a sus maestros, a su vez, uno se da cuenta de que quieren formar bien a sus chicos y hacer quedar bien a su institución. Y eso a pesar de que los han hecho firmar un contrato de servicios que tendrá vigencia solo diez meses. No tienen nombramiento, así que no cobrarán durante las vacaciones. Y no saben qué ocurrirá luego. Por todo esto, al salir mi conclusión fue que la tecnología es importante, pero es solo un medio. Lo fundamental para tener una mejor educación deberá ser el cambio de actitud de todos los que hacen el sistema educativo, y eso no lo vamos a conseguir con los métodos de Raúl Vallejo y la Revolución Ciudadana, cuyo eje es castigar al que no se adapte a la línea oficial. ¿Qué es lo que el Ministerio de Educación quiere evaluar de los maestros? Si tienen muchos conocimientos o pocos, si son amigos de sus alumnos o si le caen bien al director de su escuela. Pero ayer alguien me decía que lo que deberíamos evaluar de un docente es si sus alumnos aprenden. Es absurdo creer que un profesor que durante dos o tres décadas ganó una miseria podrá estar enterado de las últimas tendencias pedagógicas. Pero es posible que aun así sus alumnos aprendan. Estoy seguro de que Rafael Correa aprobaría un examen de economía, pero nuestra economía está cada vez peor. Las evaluaciones, cuando son serias, se hacen por resultados. En sentido estricto, además, la educación no es tarea del maestro sino de la institución educativa. Cualquier fanático del fútbol sabe que el que gana o pierde no es el jugador sino el equipo. Del mismo modo, el que educa no es el docente sino la escuela. Eso no exime de responsabilidad al maestro como individuo, pero sí implica que cada docente debe ser evaluado como parte de una unidad educativa, y que los cambios, mejoras e inversiones deberían responder a una evaluación en la que los aspectos colectivos e individuales estén íntimamente entrelazados. Lo que ocurre es que nuestro sistema educativo está diseñado de otro modo. Acá lo que existen no son escuelas sino partidas presupuestarias, que se reparten como cuotas de poder. Vallejo lo único que quiere es continuar con ese sistema, solo que bajo su propia batuta, deshaciéndose del MPD para imponer a su propia gente y su propia estructura de poder. Pero hasta ahora reprobó. Convenció al Jefe de que los maestros harían fila para que los evalúen, y no fue así. Habrá que ver si a él también le aplican la regla de que a la segunda, se va a su casa. O si le adelantan la renuncia voluntaria, como sugiero yo.

lunes, 18 de mayo de 2009

Rumores y paranoia

Escucho hablar de un tal Plan o Proyecto Libertador, el mismo que, en pocas palabras, legaliza el espionaje. El gobierno, asumiéndose estado, es decir, un fulano presidente y sus secuaces, proyectando la idea de que ellos son el Estado Ecuatoriano, y en aras de los mas altos intereses nacionales, institucionalizan un sistema que autoriza sin ningún recato, la intercepción de llamadas, e-mails, “pinchazos” telefónicos, y otra serie de medidas que permiten al “gran hermano” monitorizar a sus hermanitos descarriados, y todo, supuestamente, con miras a combatir lo que ellos llaman, desde su muy particular óptica, corrupción y crimen organizado. En teoría, este proyecto busca atacar la delincuencia. Lo malo del asunto es que si a fulano o mengano de las altas esferas gubernamentales se le ocurre de tildar a algún opositor o a alguien que expresa disenso, como un delincuente, y que sus actitudes son dignas de sospecha criminal, bajo esa argucia, el gobierno ordenará interceptar el teléfono, correspondencia, e-mail, y otros del afortunado ganador de tan honrosa presea. No vivimos en un estado de derecho. Lo sabemos. Por eso, no se puede creer en la transparencia y honestidad de tal Plan Libertador. Solo los necios, los tontos y los fanáticos, pueden ser incapaces de darse cuenta de que dicho plan, no es otra cosa que una pieza más en el engranaje de un sistema de control total, que poco a poco se perfila como un sistema opresor. ¿Quién garantiza que no se va a utilizar este plan más allá de la investigación de crímenes, secuestros, extorsiones, etc.? Ningún ciudadano de a pie, tiene garantías constitucionales ante la intromisión de agentes gubernamentales en su privacidad, pues bastará con que se aduzca que existen “fuertes indicios” de sospecha de actividades criminales por parte de quien es objeto de la investigación, para que, quienes se supone garantizan el cumplimiento de la constitución, no hagan nada, haciendo gala de su ya trillado servilismo, cobardía y pusilánime espíritu revolucionario. Y mientras tanto, los organismos de derechos humanos, muchos de ellos, meros comensales de Carondelet, brillarán por su ya tan afamada incompetencia, impotencia, inoperancia, e incluso, complicidad.


Escucho hablar de organismos adscritos a la Presidencia, que se encargan de monitorizar y evaluar el contenido de los medios de comunicación, para clasificar las notas periodísticas en tres categorías: a favor, en contra, o neutrales respecto al actual régimen. Contratan a una serie de “periodistas” para que, cada uno de estos “periodistas” haga un seguimiento detenido de algún otro periodista o medio escrito, hablado, televisado, radiodifundido o de cualquier índole, que haga mención alguna del gobierno, el Presidente o sus áulicos. En la teoría, lo que se persigue con esto, es saber quien opina, qué opina, cuándo y cómo opina. Dicen que es para “facilitar al presidente Rafael Correa un sistema de valoración permanente de la acción personal e institucional, según los medios de comunicación, con efectos posibles en el electorado.” Así mismo, cuentan que esto se hace para “fortalecer la gobernabilidad” y “reducir los niveles de incertidumbre en la comunicación intergubernamental, (ministerios y entes estatales) centralizar los elementos dispersos de la comunicación, o generar sustentos para ésta.” En otras palabras, en teoría, lo que se pretende, es que todos los que colaboran con el régimen, estén en una misma página, o sea, que no se contradigan unos a otros, sino que todos, canten la misma tonadita al unísono o a capela, pero seguros de que será la misma, en boquita de cada uno de estos esmerados servidores públicos. No obstante, y gracias a esa ausencia de estado de derecho, esas buenas intenciones se quedan en el papel, y gracias a que se conoce bien a nuestra gente, es posible inferir, que lo que se quiere hacer, es simplemente tener bien fichados e identificados a los que simpatizan con el gobierno, así como a quienes no lo hacen, y mas bien lo critican, y lo fiscalizan moralmente. De ésta manera, se tiene bien identificados a los enemigos, sus vínculos, sus conexiones, sus filiaciones, etc.

Escucho hablar de una tal Ley de Comunicación, que en teoría, busca garantizar la libertad de expresión, consagrada en la sábana constitucional que se abortó en Montecristi. Como siempre, del dicho al hecho, hay mucho trecho. Pues lo que se pretende es consagrar la potestad del gobierno, eufemística y perversamente amalgamado en la idea de que gobierno y estado son lo mismo, (ó sea, de un presidente y sus acólitos, que se creen que ellos son el Estado) es quien garantiza la libertad de expresión, irónicamente a través de instituciones y reglamentos que contemplan recursos punitivos, de censura, y de coerción.

Escucho hablar de la ley de reforma al CONARTEL, con la cual, esta instancia burocrática, dentro de poco pasaría, no solo a controlar el uso apropiado de las frecuencias de radio y televisión que el Estado asigna a entes particulares, sino que se convertiría en ente censor de los contenidos y opiniones que se viertan a través de los medios de comunicación, independientemente de si éstos hacen uso de las frecuencias de radio y TV o no. De ésta forma, los medios escritos también pasarían a estar bajo la tutela rectora de una dependencia más del poder central.

Escucho hablar de una nueva ley de Seguridad que en teoría y en la realidad, persigue someter al poder militar al poder civil, de tal suerte que el gobierno, controle de manera mas efectiva y sin visos de golpe de estado, el accionar militar y de “seguridad”. Esto también implica que se hará uso de la fuerza militar para asuntos domésticos de índole política, si el caso lo requiere, y que las argucias de un supuesto riesgo a la seguridad nacional, sustentan una hipótesis de que algún ente opositor está poniendo en riesgo dicha seguridad.

Escucho hablar de una tal Declaración Patrimonial, (comentada aquí, aquí, aquí, aquí y aquí) con la cual, solamente quienes tengan bienes y propiedades valoradas por encima de los US $200.000 dólares, deberán declarar todo cuanto poseen, para de este modo, supuestamente, evitar la evasión de impuestos, y facilitar al fisco el trabajo de correlacionar las posesiones con lo que se declara como tributo por motivo de ingresos. No obstante, es claro que lo que se pretende hacer, con una ley que en lugar de ser general, se vuelve con dedicatoria y solo afecta e involucra a un sector minoritario de la sociedad, es tener bien identificados a los “pelucones” y aplicarles, si el caso “amerita” la constitución en alguno de sus acápites, para, a través de confiscaciones, expropiaciones, chantajes o intimidaciones, someter a ese grupo poblacional a los designios del omnipresente gobierno.

Escucho hablar de todas estas cosas, y lo único que alcanzo a pensar, es que en el Ecuador se está articulando y orquestando de manera sistemática e inexorable, un programa de control absoluto, de corte autoritario y totalitario, en donde los derechos humanos, solo existirán y se respetarán, si así lo dispone el gran jefe.

Veo todas estas cosas, y me convenzo mas, de que aún no hemos tocado fondo (the worst is yet to come!)

Un país que poco a poco, pasa a manos de un grupo de “líderes” secundados y apoyados por una horda de fanáticos, fruto de la falta de educación que los aqueja y hace presa de tales radicalismos, da miedo de verdad. No creo que todo lo que menciono arriba sea mera coincidencia o pura paranoia. Todo esto está fríamente calculado. La historia de la Alemania Nazi, de la Rusia Stalinista, de la China de Mao Tse Tung, la Cambodia de Pol Pot, la Cuba de Castro, parecen no ser simples malos recuerdos, sino mas bien, íconos para que un buen émulo como nuestro gobierno los trate de igualar.

sábado, 16 de mayo de 2009

Un verdadero Infradotado, un subnormal.

Si hay alguien, que mi amigo invisible Xavier Flores debería incluir en su lista de infradotados es este sujeto:



Antonio García, otro corazón ardiente, de mente poco lúcida, pero de servil espíritu revolucionario. Un hombre que concreta los inicuos deseos de su amo de manera altanera y soberana.

Si alguien no comprende el alcance de la libertad de expresión, de la libertad de prensa, del derecho al disenso, es este sujetillo, que de don nadie, saltó a la palestra, cual chapa de tránsito que reclama por su cuota de poder y su ración de sentirse importante. Si Flores criticó a un gendarme municipal, mofándose de la ignorancia, insolencia y majadería de éste empleado municipal, debería, por honestidad intelectual, hacer algo similar con este otro individuo, quien, por su obvia insignificancia y autoconciencia de tal, busca un pírrico y espurio espacio de poder. Este –García- de verdad se merece un acto derogatorio y humillante a la altura de la superioridad humana e intelectual de Xavier Flores. No obstante, siempre hay un pero. Ese pero, es que Flores minimiza y desestima esta estulticia, cuando se origina de un gobierno que mantiene a todo un pueblo en estado convulso, que según él -Flores- es algo positivo, porque su inocencia y pureza le otorgan una sensación de seguridad de que algo bueno va a salir de esta convulsión social en la que se vive en un país sin estado de derecho.

Ya lo he dicho antes, y lo repito hoy, en Ecuador, cada uno se cree la mamá de Tarzán. Este pelmazo no puede ser la excepción. Sin embargo, él, -García- simplemente acata órdenes. Es un semoviente obediente irreflexivo que acomoda su proceder a los caprichos de la madre putativa mas grande que pueda tener en estos momentos Tarzán: su jefe de estado.

Solicito un sonoro aplauso para ovacionar a este hombre de poca personalidad y entereza.

sábado, 9 de mayo de 2009

Competencia Cultural

Hace unos días, y dado que para renovar la licencia médica en este estado es requisito completar 8 horas de algún tipo de curso de capacitación en “cultural competence” (competencia cultural), asistí a una charla de este tipo. Debo admitir que en un principio, me encontraba realmente desmotivado, y que simplemente acudía a tal evento para completar la lista de requerimientos previos a la renovación del mentado documento.

Vale resaltar que, pese a los deseos de muchos agoreros antiimperialistas, los gringos hacen harto esfuerzo en procurar que el estándar del nivel de atención médica, sea cada vez de mejor calidad, y no solo cantidad. Por eso procuran enfocarse, tratar y mejorar muchos aspectos, aparentemente secundarios o irrelevantes, que en la realidad, influyen enormemente en la salud de quienes viven en este país, así como en el sistema de salud del mismo. Y siendo que gringolandia es una tierra en la cual se agolpan todas las culturas del planeta tierra, a diferencia de nuestra homogénea sociedad ecuatoriana, es importante que los profesionales de la salud estén al tanto, y si es posible, empapados, de conocimientos sobre diversos aspectos culturales que tienen incidencia en la salud de sus pacientes, o de cómo estos perciben al sistema de salud y sus posturas ante el dolor, la enfermedad, la muerte.

Siendo así, la charla se enfocó en muchos tópicos. Los mas “trillados” por decirlo de alguna manera, fueron aquellos en los que se trata de inculcar en el profesional de la salud la idea de lo “políticamente correcto” desde la perspectiva del paciente, y no desde la óptica del galeno. Entender que individuos de distintas culturas, etnias, razas, religiones, responden y actúan de diferentes maneras ante la enfermedad, el dolor, la muerte, los conceptos de salud preventiva, curativa y paliativa; así mismo se trata de entender la visión que tienen, (en la medida de lo posible) sobre el médico, enfermeras, y demás personal de salud y sus actitudes y comportamientos.

En otras palabras, la idea detrás de que los médicos sean “culturalmente competentes” es que éstos, se pongan en los zapatos de sus pacientes, para de esta manera, poder entenderlos mejor, y al mismo tiempo, poder proveer atención médica integral de mejor calidad. Y créanme, la motivación de todo esto, no es solamente humanitaria, o por el gusto de hacer una mejor medicina, sino por el impacto económico que representa cada vez que un paciente no entiende las indicaciones médicas, la acumulación de complicaciones que se emanan de la falta de entendimiento en los instrucciones médicas y por falta de conocimientos de salud, que para muchos son básicos y elementales, pero que para una gran masa de gente, son conceptos muy complejos y sofisticados.

Por falta de comprensión, muchos pacientes terminan infestando las salas de emergencia o siendo admitidos. Situaciones que representan costos multimillonarios. Situaciones que pueden ser prevenidas a través de una mejor y mas fluida comunicación entre el médico y su paciente.

Un tópico que realmente me llamó la atención, sobre todo por las implicaciones que éste tiene en mi forma de entender a la gente que me rodea y a mis propios pacientes, es aquel que, sustentado en datos estadísticos basados en estudios serios, y confirmado por mi propia empírica experiencia, asevera que aproximadamente 80% de la población, tiene un nivel de comprensión, ilustración y alfabetización en asuntos de salud y conceptos médicos básicos (“literacy level”) equivalente a un tercer grado de escuela elemental, y que en cuestiones generales, distintas a temas de salud, el nivel de ilustración no sobrepasa del quinto grado de escuela elemental.

Muchas cosas se pueden inferir de estos estudios, las cuales haré referencia mas luego; pero primero que todo, es importante resaltar la idea de que, si esto sucede en una nación de primer mundo, en donde se supone que el analfabetismo es cosa casi superada, en donde se proclama a los cuatro vientos la tesis de que “no child should be left behind” en educación ¿qué se puede esperar de, y encontrar en un pequeño país como el Ecuador?

Los estudios revelaron que una gran mayoría de habitantes de EEUU son prácticamente una sarta de analfabetos funcionales.

Pequeñas muestras de videos grabados in vivo, por ejemplo, demostraron como, a pesar de que la medicina prescrita tenía claramente especificada la forma en que debía ser consumida la medicación, los pacientes no eran capaces de entender. Fingían que entendían por temor al bochorno de verse descubiertos ignorantes.

Esos mismos estudios y sus respectivos videos, revelaban que incluso ilustraciones visuales por demás simple, concebidas para que un niño de tercer grado entienda, muchas veces resultaban confusas. En otros casos, por ejemplo, se presentaba a una paciente, quien luego de haber sido evaluada por sus médicos, y dada la complejidad de su caso, había sido sometida a una histerectomía (extracción del útero). La paciente había firmado con anticipación los documentos respectivos, en los cuales ella daba consentimiento a los médicos para proceder con la cirugía, y en dichos documentos, firmados por la paciente, ella aseguraba haber entendido de qué se trataba la operación, los riesgos, beneficios y alternativas. Para sorpresa de esta mujer, cuando acudió a la visita médica, después de varios días de post operatorio, una enfermera, en el consultorio, le espetó que se veía muy bien para alguien que había sido sometida a un histerectomía. Ese día ella se enteró de qué era una histerectomía, cuando confundida, preguntó a la misma enfermera, de qué estaba hablando y qué era eso de la histerectomía. La paciente nunca supo que su útero le había sido extraído, sino hasta ese día, luego de la operación. Y como ese caso, se dan miles cada año en los EEUU. La gente firma o endosa documentos, sin saber que es lo que suscribe o consiente.

Al final, el gran mensaje para los médicos es que asumir que nuestros pacientes entienden nuestras palabras es algo desproporcionado. Lo que para nosotros, los médicos, es una idea básica, simple, elemental, resulta aún harto compleja y sofisticada para esa gran mayoría de pacientes. Mi personal conclusión es que, dado el nivel de ilustración y las características de nuestros pacientes, al menos de la mayoría de ellos, la mejor política es la de hablarles de la manera mas simplona, coloquial, que se pueda. Si es posible, asumir que su capacidad mental es limitada, y por lo tanto, se debe instruirlos de similar manera a como se instruye a aquellas personas con incapacidades de cualquier índole, sobre todo mentales. En inglés, se puede decir que la mejor política es “profiling and patronizing”, es decir, tratarlos con condescendencia, partiendo del escueto perfil que nos podamos hacer de cada uno de ellos, o sea, partiendo de la idea estereotipada que uno pueda generarse del paciente, por la facha, por el habla, por los gestos, por el refinamiento de su lenguaje, etc. Es decir, y si entendí bien a Flores, aplicamos una acción afirmativa, basados en esas desigualdades y diferencias que los convierten en menos favorecidos.

Puede que suene duro, pero la realidad es que nuestros pacientes no poseen el bagaje que uno ostenta, y no se puede asumir que tienen el mismo nivel de comprensión que uno. Ojo, como siempre he sostenido, no se debe confundir ignorancia y carencia de marcos de referencia mas sofisticados, con falta de inteligencia. Yo siempre comparo a la inteligencia con la capacidad que tiene una computadora. Sin embargo, una computadora puede convertirse en algo muy útil, cuando cae en manos de alguien que sabe explotar sus capacidades, o puede ser simplemente otra pieza del mobiliario, que solo sirve para acumular polvo.

Partiendo de estas ideas, hay que ser bien claros, y afirmar que no todos pueden entrar en un debate “serio y robusto” como lo pregonan y promueven sendos bienpensantes bien intencionados, que sin embargo, se abstraen de la realidad. No todos los individuos tienen la educación y las herramientas necesarias que garanticen, tanto a ellos, como a la sociedad, de que pueden asumir ciertos roles, o de que puedan tomar ciertas decisiones. Basados en la realidad, no todas las personas han desarrollado las capacidades, o las han explotado, para entender conceptos complejos, ideas, y otras entelequias. Querer, aspirar y asumir que todos pueden tomar decisiones acertadas es pecar de infantil e ingenuo. Querer abolir esas diferencias, aunque iluso también, es mas sensato que seguir implementando conceptos confusos y distantes, o integrando políticas y leyes por demás complejas y sofisticadas.

Si, es muy cierto que todos tienen el “derecho formal” a decidir sobre lo que se les ponga sobre la mesa. Pero no por eso, se puede garantizar, que todos serán capaces de discriminar entre un plato lleno de excremento y un delicioso y suculento aperitivo.

Talvez sea cierto, y realmente se necesite de “acciones afirmativas”, en donde alguien, gracias a la mejor educación que tiene, ayude, guíe, influya en las decisiones que otros “menos afortunados” puedan o deban tomar, pero de manera horizontal y no vertical, ni únicamente a través de un artifico convertido en un tercero que rige la vida de los demás, el estado.

Cuando voy por un almacén y el dependiente, (o la dependienta) actúa con displicencia, de forma intuitiva se me cruza por la cabeza la idea de que, si esta persona tuviese una mejor educación o preparación, posiblemente no estaría ahí. Yo se que eso no es absolutamente cierto, pues existen personas mas inteligentes que uno, mas educadas que uno, pero que por caprichos de la vida, son, en este momento, “menos afortunadas” que uno. By the way, el simple hecho de hablar de fortuna o infortunio, denota de quien se expresa así, que su pensamiento sigue atado a lo mágico, algo muy primitivo. La fortuna o la suerte no existen, simplemente existe una secuencia o sucesión de eventos aleatorios que dan un resultado, o generan el inicio de otra serie de eventos. Estoy conciente en que juzgar a priori que un o una dependiente, o, una persona en un empleo que demanda poca capacitación, esté en ese sitio, solamente por la carencia de esas herramientas que facilitan a otros a ser “mas aventajados” es errado. También se, que solo se puede hablar de manera muy general en este respecto, pues así como existen personas “menos aventajadas” a pesar de contar con un bagaje académico, intelectual, profesional, cultural muy rico, también existe una sarta de pelmazos ignorantes, que a pesar de ello, se encuentran “mas aventajados” que la mayoría, como por ejemplo, muchos de nuestros “corazones ardientes y mentes lúcidas” de esta gran revolución ciudadana. Yo se que esto constituye un prejuicio basado en estereotipos y percepciones superficiales, pero la regla general se aplica y sirve de mucho para explicar porque seguimos sumidos en el subdesarrollo.

Cuando miro a la realidad de nuestro país, no me cabe la menor duda de que el Ecuador no es la excepción a este fenómeno, donde una mayoritaria población carece de los elementos esenciales para poder discriminar y decidir de manera beneficiosa tanto para ellos, como para la sociedad, lo que se les pone en frente tendido sobre una mesa. La única salvedad, es que los gringos, incluso esa gran masa de analfabetos funcionales, se desenvuelven en un medio tal, que les permite tener solventadas de mejor manera, las necesidades básicas.

Por eso creo que, cuando se trata de enfocarse en la solución a los problemas de nuestro país, aquellos que hemos sido “mas afortunados”, que coincidencialmente resultamos la minoría de la población, debemos procurar que otros, esos “menos afortunados”, (la mayoría) consigan obtener esa “fortuna” que les ha sido negada por un millar de razones, muchas de las cuales obedecen a acciones inhumanas de terceros, que desafortunadamente se han encaramado en el poder, y han medrado del resto, creando un círculo vicioso, de cada vez mas fuerte y mas intensa descomposición social, que a su vez, postra aún mas, a la gran mayoría en esos niveles de ignorancia.

Una forma de hacerlo, es procurando que aquellos “mas afortunados” sean “culturalmente competentes”. En otras palabras, que entendamos que el pueblo, antes de adentrarse en discusiones bizantinas o en “debates robustos y serios”, debe alcanzar ese nivel de “fortuna”, mediante acciones reales provenientes de los “mas afortunados”. Esas acciones se centran en las cosas mas básicas: la educación y la satisfacción de las necesidades básicas. Aquella educación que arranca a la gente de ese estadito de postración y descomposición moral. Aquella educación que inculca principios y valores sólidos, mismos que se oponen a la laxitud moral, al permisivismo, a la ley del mínimo esfuerzo, a la viveza criolla. Una educación que involucre acciones de todos quienes conforman nuestra sociedad. Esa educación que interioriza en la mente las personas, la idea de que nadie está por encima de la ley, que crea una conciencia colectiva al respecto, que permite que el individuo se sienta amparado y seguro, porque la impuninad, el cinismo, el descaro, la desfachatez sean justamente sancionadas, repudiadas y combatidas.

Un pueblo que carece de esa educación, mal puede pronunciarse en cualquier aspecto que no ataña a sus necesidades vitales básicas. Un individuo que no tiene sus necesidades básicas resueltas, (vivienda, comida, salud, estabilidad laboral, garantías constitucionales par tales efectos) en poco o nada podrá dedicar sus esfuerzos, o dirigir su atención, en, o a asuntos que se encuentran por encima de esa constante lucha por satisfacer esas necesidades Maslow dixit; o simplemente, esa persona no dará prioridad otras tantas cosas que no sean la subsanación de dichas necesidades básicas. Por lo tanto, asumir y esperar que un pueblo hambriento, harapiento, enfermo, desempleado, viviendo de manera infrahumana, sin seguridad, sin garantías, sin educación pueda hacer uso de sus derechos y libertad, (o al menos los entienda) por mas que los tenga, de una manera apropiada, es pecar de profundamente imbécil. ¿Cómo puede un padre de familia pobre, desempleado, viviendo en covachas, tugurios o arrabales, preocuparse en leer y entender a Ferrajoli, o a un borracho como Bukowski, si ni siquiera sabe qué va a comer el día de mañana, o qué va a poner sobre la mesa, para que su familia se alimente? Peor aún, ¿cómo puede ese sujeto, entender sobre libertad, si es en esencia, en el mejor de los casos, un analfabeto funcional? ¿Cómo puede autodeterminarse, si no acaba de salir del nivel mas bajo de esa pirámide de Maslow, que implica el estadio de supervivencia? ¿Cómo ese mismo padre de familia podría ponerse a analizar su voto, si de todas maneras éste –el voto- es obligatorio y la necesidad lo impulsa a optar por quien le ofrezca el oro y el moro, pues al fin y al cabo, peor no puede estar, y nada se pierde con depositar la confianza en alguien que de pronto si me trae el maná bajado del cielo? ¿Cómo puede ese padre de familia hacer uso de su libertad o peor aún, entenderla, y luego tomar decisiones acertadas, si el hambre es su prioridad, y la ignorancia su herramienta? ¿Cómo puede esa persona asirse de peces, si lo que le enseñan y a lo que lo acostumbran, es a estirar la mano y esperar del estado los peces, que vienen en forma de dádivas, en lugar de que se procure que ese sujeto tenga los conocimientos necesarios (las herramientas) para pescar por si mismo? ¿Cómo se puede creer que mediocrizando a las masas, y acostumbrándolas al paternalismo y a ser menesterosas, se puede avanzar en materia de derechos, si lo que, mas bien se logra, es convertirlas en esclavos dependientes de un omnipresente y omnipotente estado, conducido por una caterva de populistas y demagogos, afectos de la misma mediocridad, laxitud moral, permisivismo y descomposición moral?

¿Cómo se puede apoyar a un gobierno corrupto, demagogo y populista, que no da prioridad a estos asuntos, y que derrocha el tiempo y el dinero en zopencadas, burocracia, corrupción, clientelismo, atosigante propaganda y perenne proselitismo?

¿Cómo no atosigar a esas valiosas mentes lúcidas y corazones ardientes que están detrás, o que colaboran de una u otra forma con esta infame y nefasta revolución ciudadana, a que, mas bien, canalicen sus esfuerzos en la obtención de aquellas acciones básicas elementales –léase educación- que promueven una verdadera y digna igualdad, basada en permitir que todos tengan acceso a esa “fortuna” que hoy por hoy solo la poseemos unos pocos, sin imposiciones de por medio? Por si acaso, no me refiero a una fortuna monetaria, sino a algo mas amplio.