jueves, 17 de junio de 2010

Progresos en estupidez

Siempre preocupados por “darnos pensando” y “darnos decidiendo” qué es lo que mejor o más nos conviene al resto de ecuatorianos, los socialistas y sus buenas intenciones terminan siendo una exhibición chillona de esa mentalidad tan parroquiana que nos mantiene sumidos en el subdesarrollo. Almas bondadosas que están convencidas que nadie sabe mejor que ellos terminan engendrando leyes grotescas, como la pintoresca, graciosa y hasta folklórica disposición de Gustavo “Elliot Ness” Jalkh y su escuadrón de intocables puritanos liderados por Freddy “no doy pie con bola” Ehlers, de imponer restricciones al consumo del alcohol como medida para disminuir la violencia y crímenes en el país. Posiblemente sus caritativas mercedes viven en algún cumulunimbus, bien distante del Ecuador, y por ello no se han dado cuenta de que la delincuencia obedece a otras razones más poderosas, entre ellas, el rampante y creciente desempleo, (magna contribución de esta revolución) fruto de la nula inversión extranjera, ahuyentada por falta de garantías constitucionales, la ausencia de una institucionalidad férrea, (menoscabada por las mentes lúcidas y corazones ardientes de esta revolución) y la inexistencia del imperio de la ley. No. Para el escuadrón de los intocables, estas son nimiedades, y el problema de fondo radica en el trago. Ni siquiera se dan cuenta de que en Ecuador, la viveza criolla llevará a que la gente se embrutezca con alcohol más rápido y más temprano. La gente no va a dejar de beber, solo van a hacerlo en horario diferido y los crímenes también ocurrirán en horarios familiares. Mejor deberían de hacer un mea culpa sobre las noveleras leyes que solo benefician a los hampones, delincuentes y truhanes, en lugar de estar fungiendo de papistas sin Papa.

Talvez, si la gente tuviese la posibilidad de conseguir trabajo y talvez si la gente tuviese la suerte de ser mejor educada, (cosas que no ocurren en Ecuador) la gente bebería con mayor moderación o con mayor responsabilidad. Eso no lo ven estos iluminados. (Me pregunto de dónde habrán sacado las referencias estadísticas en las que sustentan sus aseveraciones)

sábado, 12 de junio de 2010

Los Derechos Humanos

Este asunto de los DDHH es harto complejo, sobre todo en Ecuador, donde los oficiosos agentes de los DDHH como la tal Elsie Monje y otros de similar ralea, son más bien elementos nefastos en la lucha por los DDHH. Vale la pena resaltar algunos detalles de esas personas y organizaciones y dejar entrever que su defensa por los derechos humanos es altamente selectiva e ideológicamente orientada. Todos esos filosofastros de los derechos humanos, por antonomasia, son de mente izquierdista, lo cual de entrada ya los predispone en contra de cualquier persona que sea de derecha u otra filiación ideológica no monocromática ni binaria. Prueba de ello, es que esta gente se hace visible, solamente cuando se trata de casos en donde hay marcado contenido político, y brillan por su ausencia en casos en donde no se consigue ningún rédito político o alguna conclusión que abone a su causa ideológica. Ejemplo: se han esforzado en investigar los crímenes de lesa humanidad del gobierno de LFC. No dudo que los hubo, no los justifico, ni espero que queden impunes. Sin embargo, hacen un alto en sus investigaciones cuando concluye ese régimen presidencial, y aducen que la razón de ellos (de hacer un alto) es porque recién en ese gobierno se institucionalizó la tortura. (Bull shit!) Cuando las denuncias de abusos a los DDHH van dirigidas hacia gobiernos de izquierda o hacia su actual patrón y mecenas, se hacen los de la vista gorda; siguen mamando de la teta gubernamental y prefieren mirar hacia otro lado y seguir hablando del pasado.
Otro ejemplo de la selectividad en materia de DDHH que tienen estos neoculteretas progres del socialismo del siglo XXI es su absoluta inexistencia en casos flagrantes de violaciones de los DDHH como los flagelos, torturas y zarzas humanas que ocurren a manos de los indios y de otras comunidades no indígenas. ¡Ni pio! Existen videos, se ven a los promotores, a los secuaces, a los cómplices prendiendo fuego a un supuesto delincuente, azotando a un supuesto asesino, y no hay una sola denuncia, ni una sola investigación sobre el caso, ni se encarcela a esas personas que se encuentran propiciando castigos y torturas a pesar de las evidencias. Para más inri del asunto, son estos mismos filosofastros de los DDHH quienes están detrás de las oscuras, incongruentes, confusas, contradictorias pero altamente noveleras leyes del mamotreto aquel de Montecristi, que aúpan a la indiada y al populacho a hacer lo que hacen. Irónicamente, gracias a estos “buenos oficios” y otros de similar laya, es que la inseguridad en el país se ha acrecentado en gran parte, pues con sus novelerías, han contribuido a favorecer a los delincuentes. Esos neoculteretas se duelen más del ladrón, del violador, del asesino, que de las víctimas, y por eso, se las arreglaron para insertar leyes que busquen el beneficio de esas lacras de la sociedad. Paradójicamente, la indiada y el populacho encuentran en esas leyes el sustento legal para sus actos barbáricos. Sin embargo, la razón que motiva al pueblo a “hacer justicia” por sus propias manos es la absoluta desconfianza en nuestras leyes y en el degenerado sistema judicial.
En Ecuador no hay ni Dios ni ley, y el gobierno actual es el principal promotor de tal situación, tanto por sus crasas violaciones a la propia constitución que ellos se mandaron a confeccionar, (destruyendo cualquier resquicio de institucionalidad) como por ser los culpables de que el desempleo y pobreza sigan en aumento, al crear un ambiente de zozobra, inseguro y poco confiable para quien quiera emprender en negocios en el Ecuador. El gobierno ha ahuyentado a los inversionistas extranjeros, ha obligado a salir a otros países a los empresarios locales y se la pasa peleando e insultando a nuestros principales socios comerciales, solo por cumplir con sus postulados ideológicos. Un aplauso para todas estas gentes.