jueves, 8 de abril de 2010

Abandono

Reconozco que he abandonado este sitio.

No ha sido por falta de ganas de escribir, sino mas bien, por no saber qué mismo escribir ante la abrumadora persistencia de situaciones desagradables, deplorables, funestas y reprochables, que ocurren a diario en nuestro país.

He abandonado este lugar porque he terminado por convencerme de que en el Ecuador, las cosas y las situaciones distan muchísimo de un verdadero cambio.

Finalmente llegué al punto del despecho.

He preferido asumir los hechos de la vida de ese país de una manera tangencial y hasta deportiva. He optado por no dejar que mi vida se siga afectando con tanta asquerosidad y cinismo que ocurren por allá. He descubierto que mis días son mas amenos y llevaderos cuando dejo de lado mi obsesión por la política, porque creía que algo bueno se hubiese podido conseguir para todos de manera sincera y honesta. La honestidad y la transparencia se estrellan con la realidad del Ecuador.

He descubierto que hay mejores causas por las que luchar y derramar lágrimas; y al mismo tiempo he aprendido que existen causas perdidas, que solo merecen mi lástima y compasión.

He optado por ver al Ecuador como una republiqueta plagada de males y taras ancestrales, mismas que no podrán ser erradicadas, mientras la gente no caiga en la cuenta de que lo que se debe cambiar primero, es la mentalidad aquella que nos hace tan "ecuatorianos".

He decidido aventurarme a mejores y mas reconfortantes empresas. Gracias a ello, he encontrado un poco de paz y sosiego conmigo mismo.

Seguiré comentando de cuando en cuando sobre las macro estupideces de este gobierno socialista del siglo XXI, que siendo fruto de esa descomposición moral de esta sociedad llamada ecuatoriana, no es más que la punta del iceberg y que simplemente se ha convertido en la cara visible y en el abanderado de tal putrefacción.

Estar lejos me ha ayudado a curarme por lo sano de esa mediocridad, de ese permisivismo y laxitud morales que acongojan y agobian a los ecuatorianos. Uno no se hace mas inteligente por el hecho de haber salido, estudiado o vivido en el extranjero, pero si existe la posibilidad de que, a través de haber aprendido del ejemplo de otros, se vuelva una persona mas respetuosa y temerosa de la ley, y por lo tanto un ser humano un poquito mejor que lo que se hubiese podido ser si se hubiese tenido que continuar coexistiendo y tratando de mantenerse a flote en medio de un hediondo, profundo y espeso fango. Me he convencido de que uno si se puede sacudir ese fango, pero para ello se requiere salir de aquel medio en donde todo es pantanoso y sucio, o en su defecto, cambiar ese lugar, y convertirlo en un sitio limpio y libre de lodo.

Siempre anhelo poder volver a mi país, pero encuentro a esa opción muy lejana, pues no veo el día en que los ecuatorianos empiecen a respetarse los unos a los otros a través de acciones claras como la obediencia a la ley, el cumplimiento de ésta, la puesta en acción de la misma, sin miramientos ni preferencias. No veo el día en que pueda vivir en Ecuador y tener la certeza de poder virar mis ojos y lamentos a alguien o a alguna institución y saber que mis derechos serán respetados y en caso de éstos haber sido agraviados, confiar en que serán reivindicados. No veo el día en que si un gobierno hace uso del dinero y bienes PUBLICOS, haya alguien que le pida cuentas, y que además, por temor a la ley, los que transitoriamente están en el puesto de gobierno, rindan cuentas, en lugar de limpiarse el orto con los reclamos de cualquiera que los cuestiona.

He aprendido a disfrutar de lo que tengo, sin aspirar a imposibles. Por lo tanto, hoy hago una especie de catarsis, para poder sentirme mas ligero y mirar la vida con mas optimismo, aunque no sea en el Ecuador.

1 comentario:

Mauricio dijo...

Excelente, refleja lo que yo siento y por pereza ya no escribo!!