domingo, 28 de junio de 2009

La Idea era esa...

Chespirito, a través de uno de sus personajes, aquel súper héroe, de nobles intenciones y buen corazón, que por su folklore y ademanes propios de los latinoamericanos, destaca los actos de éste, al demostrar que deja a todos satisfechos y contentos, a pesar de su torpeza psicomotriz, y elementalidad intelectual. Al final, el bien se impone al mal, pese a los desatinos y dislates del personaje. El Chapulín Colorado, el saltamontes humano de color rojo, tiene una peculiar forma de calmar a las personas mediante la citación de bien conocidos refranes. No obstante, su simpleza mental hace que los cite de manera fragmentada, y que intercale la primera parte de un refrán, con la de otro diferente. El personaje cae en cuenta del yerro, cuando sus interlocutores y sus beneficiarios muestran perplejidad ante tan bizarra citación. El héroe, en un intento desesperado e inútil, procura corregir el refrán a través de supuestos pleonasmos, que terminan siendo guirigay. Al final, y sin haber podido aclarar el asunto, el héroe termina diciendo a su auditiorio: "bueno, la idea es esa". El Chapulín Colorado tiene una forma especial de aparecer. Hay que invocarlo a través del uso de una pregunta sacramental: ¡Oh! ¿Y ahora quién podrá ayudarme? Lamentablemente no aparace en el Ecuador, por mas que se lo invoque de todo corazón. Nos haces falta Chapulín.



La entrada que antecede a esta, fue escrita sin ediciones durante uno de esos momentos de arrebato, en que solo la benevolencia del semen de los dioses puede infundir a quien lo consume. Luego de releer lo que escribí, me resultó confuso; mas parecido a los gazapos del Chapulín Colorado, que a los enredos de lengua de Mario Moreno.



Emulando a ese mal perdedor del Xavier Flores con sus redundantes y cacofónicas citas de personalidades, citaré al genial Roberto Gómez Bolaños: “Bueno, la idea era esa…”

Lo que quise decir en mi post anterior, es que la putrefacción y descomposición moral hacen del escándalo de los hermanos Corrrea una burda pantomima de lo que eran los Titanes en El Ring. Causa agobio y hastío tanto derroche de impunidad, cinismo, autoritarismo y procaz mentira. El Ecuador está mal, muy mal, y quienes nos gobiernan carecen de probidad, honestidad, y crédito para hacerlo.

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