sábado, 11 de julio de 2009

Yasuní-ITT

La propuesta de que países ricos nos den dinero por no explotar los campos petroleros es interesante y, vista a lo lejos, es muy loable y digna de encomio.

Demuestra, en un principio, una visión a largo plazo, ambientalista y que procura salvaguardar lo verde que le queda al planeta para las futuras generaciones.

No obstante, resulta un tanto ingenuo y pueril pensar que, a pesar de que Ecuador es suscriptor del tratado de Kioto, alguien desee darnos dinero por pretender que somos ecológica y ambientalmente conscientes.

Es como querer que se nos premie cada vez que no nos pasamos la luz roja del semáforo.

Pero aún en el caso de que los países ricos decidan darnos el dinero, existen ciertos aspectos que, para lamento de nuestro Gobierno, dificultarán dicha buena acción: el Ecuador y su Gobierno carecen de credibilidad internacional.

En la iniciativa Yasuní-ITT, se verá reflejada la confianza que tiene el resto de países del mundo en el Ecuador y se medirá la seriedad de respetar convenios, acuerdos y tratados.

Los berrinches y caprichos emanados desde Carondelet van a pesar a la hora de la verdad. Por ejemplo, todo el show y la pantomima montados alrededor del pago de la deuda ilegítima, los "pativideos", todas las amenazas de expulsión y chantaje a organismos y empresas internacionales no son cosas que vayan a ser ignoradas por los países supuestamente interesados.

Todas las acciones negativas en política exterior de nuestro Gobierno, cuando se tenga en concreto que hablar de este proyecto repercutirá en la decisión de los "paganinis". Además, estos países exigirán ciertas cosas y pondrán condiciones para dar el dinero, y eso en un Gobierno que se jacta de "altivo y soberano" y que se dice no acatar ninguna ingerencia extranjera, simplemente pondrá en entredicho la concreción de dicha entrega monetaria.

Finalmente, el Gobierno ecuatoriano, junto a otros de la región está persiguiendo la creación del Banco del Sur y, entre sus planes, se piensa incluir ese dinero otorgado por otros países por concepto de no explotación de los campos petroleros, como parte del capital contribuido por el Ecuador, para la formación de dicho banco.

Creo yo, que esa intención, sería un error que posiblemente no acepten los países que van a dar el dinero.

Es en estas circunstancias en las que el desparpajadamente desdeñado factor "riesgo país" y la credibilidad que genere nuestro Gobierno sí van a tener una importancia fundamental y el presidente Rafael Correa tenga que medir sus palabras y no decir: "A mí me tiene sin cuidado la crisis mundial", o sepa si hace o no uso de sus muy personales definiciones de "soberanía" cuando potencias económicas nos quieran imponer sus condiciones para aflojar el dinero.

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