Leo
esto y
esto y simplemente confirmo que en el Ecuador el cinismo, la impúdica impunidad y el permisivismo del pueblo están campantes y mas fuertes que nunca.
Leo
esto otro y
esto, y
esto también y
finalmente esto y
esto y me invade el miedo y temor de que en nuestro país, lento pero seguro, las libertades de los individuos se verán menoscabadas, restringidas y cada día que pasa la cubanización de nuestra sociedad es algo inminente.
¿Cómo podemos apoyar y seguir suscribiéndonos a un
gobierno que nos está llevando a un estado de opresión, de odio, no solo entre clases, sino entre parientes y amigos? Si pensamos que los horrores del pasado que otros pueblos sufrieron, y nos convencemos que son parte de un pasado muy lejano, les ruego analicen esta carta, su contenido y las noticias que sustentan mis palabras, para que lo piensen mejor.
En épocas de la Rusia Comunista, cuando Stalin mandó, la revolución premiaba con honores de héroe a todo aquel camarada que denunciase a cualquier persona que con sus opiniones u actos representase una amenaza desestabilizadora para la concreción de los “nobles” e “idealistas” objetivos de esta lucha iniciada por líderes que solo pensaban en el “bien” de sus pueblos. Cuenta la historia que incluso hubo casos como el de hijos pequeños que denunciaron a sus padres ante las autoridades revolucionarias, para luego fusilarlos, silenciarlos, amedrentarlos o exiliarlos a Siberia, (a los padres)
http://www.youtube.com/watch?v=TTdTcKqAeGMhttp://www.youtube.com/watch?v=vEIxkwymZhshttp://www.youtube.com/watch?v=itPPRxy_AQ4http://www.youtube.com/watch?v=sIZj3cSSp3gEn la Alemania Nazi, cuando Hitler gobernó ¡por la vía democrática!, el Reich había organizado un sinnúmero de grupos sociales encargados de que toda la nación marche por el sendero de la única verdad e ideología, el nazismo. Los jóvenes fueron el caldo de cultivo del Nacional Socialismo. Una vez adoctrinadas en aquel fanatismo político y racial, las juventudes nazis se encargaban de velar que los ciudadanos se encuentren “cómodos” dentro de los cánones dispuestos por el Führer y sus acólitos. Aquellos que eran sorprendidos en disenso y contraviniendo lo impuesto por el jefe supremo corrían el riesgo de terminar en algún campo de concentración o morir de algún tipo de intoxicación/sobredosis aguda de plomo.
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