jueves, 28 de mayo de 2009

De Guate-mala a Guate-peor

Los editoriales que presento a continuación, brindan una ampliación a mi entrada inicial sobre el caso de las evaluaciones a los maestros. Debo coincidir con sendos quintacolumnistas, al afirmar que Emilio Palacio y sus comentarios son biliosos. No obstante, mas allá de la hiel con que sus comentarios estén impregnados, no puedo aventurarme a afirmar que estos carezcan de verdad. Los analices de Campaña son bastante claros en cuanto al marco teórico legal que sustenta sus palabras.

Ambos editoriales demuestran que las buenas intenciones que a primera vista se pueden percibir del ministro Vallejo y del estulto y oprobioso gobierno al que éste sirve, son solo eso, buenas intenciones que ocultan una intencionalidad mas siniestra: pasar el control de la mediocridad y del proceso que la genera, de las manos de un mediocre y parasítico gremio, a las manos de aquellas mentes lúcidas, corazones ardientes y espíritus altivos y soberanos de la robo-lución. Este gobierno busca controlarlo todo. El comunismo despótico, autoritario, totalitario y vulgar se va afianzando poco a poco.

Lo dije antes y lo repito hoy: el gobierno de la robo-lución ciudadana se mandó a confeccionar una constitución a la medida de sus despropósitos y para amparar "constitucionalmente" cualquiera de sus arbitrariedades e imposiciones. No obstante, los batracios de la UNE, gremio que apoyó a su ex-lider a encaramarse al poder, y luego a abortar esa constitución, ahora se valen de la misma, para ofrecer resistencia, amparándose, irónicamente, en ella. El gobierno, por su parte, planea irse por encima de lo que su propio mamotreto dice, para imponer su voluntad, confirmando que ese adefecio que brotó de la cloaca de Montecristi, simplemente sirve para que el gobierno se lo aplique a sus opositores y adversarios, o en su defecto a sus detractores y desertores, cuando a éste bien le convenga, o por el contrario, simplemente, dicho libelo extendido hace las veces de letra muerta a la cual se le da uso en el retrete.

Leamos pues.

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¿Incompetencia comprobada

Por Joffre Campaña Mora

El Presidente acaba de señalar que los maestros que no acudan a la evaluación serán destituidos. Se fundamenta en el artículo 38 literal a de la Ley de Escalafón y Carrera Docente. Este artículo establece que los maestros cesan en sus funciones por “Incompetencia profesional debidamente comprobada. Sin embargo, según la ley ecuatoriana, para que un maestro pueda ser cesado en sus funciones, su conducta debe estar prevista, de manera exacta, en la ley. No se pueden establecer estas conductas mediante decretos del Presidente. Esta descripción exacta de la conducta merecedora de sanción es lo que constituye el tipo penal o administrativo, es decir, la conducta que los destinatarios de la sanción conocen como causa exacta para que les sea aplicada dicha sanción. Los maestros saben que se les aplicará la sanción de destitución si se les comprueba incapacidad manifiesta. Pero no se los puede destituir por no acudir a la evaluación. ¿Por qué? Porque tal sanción no está prevista en la ley. La comprobación de incapacidad constituye una manifestación expresa, positiva, de que un maestro es incapaz profesionalmente. En cambio, su negativa a ser evaluado no constituye demostración plena y efectiva de su incapacidad, y esta falta de demostración de incapacidad no puede presumirse ni establecerse por decreto del Presidente. De hecho, muchos maestros absolutamente capaces no aceptan ser evaluados, fundamentando su no aceptación, en un proceso de evaluación, que a su juicio, está viciado. Esta descripción exacta de la conducta es necesaria para evitar la aplicación de sanciones arbitrarias. Si a un niño le prohíben comer galletas, lo que no puede hacer es comer galletas. Si lo hace, se le aplica la sanción previamente establecida. Pero, si el niño del ejemplo come chocolates, simplemente no le puede aplicar la sanción prevista para quienes comen galletas. Con este antecedente, analicemos la conducta prevista como merecedora de una sanción en la Ley de Escalafón y Carrera Docente. El tipo previsto en la ley es el de la incompetencia profesional debidamente comprobada. Es decir, se requiere en cada caso particular que la incompetencia profesional de los maestros sea acreditada suficientemente. Para ello, no basta con presumir que quien no acude a rendir una prueba o incluso dos pruebas, sea un incompetente profesional. Esta presunción no está prevista en la ley. Para que se pueda aplicar la sanción de destitución a la falta de concurrencia a rendir dos pruebas, se requiere que una ley así lo establezca. Si la ley no lo establece, un decreto no lo puede establecer, ni siquiera con el argumento de que se está interpretando la ley, ya que por decreto no se pueden interpretar leyes. Lo anterior no significa que no crea, como en efecto creo, que la educación pública en este país es menos que mediocre y que exige profundos cambios. Lo que ocurre es que creo que los remedios no pueden lograrse prescindiendo de la ley, ya que si aceptamos que la ley no existe, entonces estaremos aceptando que la voluntad del poder no tiene límites, y con ello aceptando que seguimos en la época de las cavernas

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Reprobó Vallejo

Por Emilio Palacio

Ayer visité la escuela del milenio Alfredo Vera Vera, en la avenida Narcisa de Jesús, al norte de Guayaquil. Caí sin avisar. Aun así me permitieron recorrer el sitio, meter la nariz y hacer preguntas. Me contaron que hace tres meses ingresaron ocho delincuentes que se apoderaron de 39 computadoras. El Ministerio repuso los equipos, pero las computadoras y las pizarras digitales todavía no funcionan completamente porque hay que asegurarse primero de que los ladrones no tengan una nueva oportunidad. Aun así me quedé gratamente sorprendido. Con toda esa tecnología aún esperando, la escuela funciona extraordinariamente bien. Los niños se ven muy contentos. Están interesados en lo que aprenden. Saben que no todos tienen su suerte, y la quieren aprovechar. Ese entusiasmo debe ser muy contagioso, porque al ver a sus maestros, a su vez, uno se da cuenta de que quieren formar bien a sus chicos y hacer quedar bien a su institución. Y eso a pesar de que los han hecho firmar un contrato de servicios que tendrá vigencia solo diez meses. No tienen nombramiento, así que no cobrarán durante las vacaciones. Y no saben qué ocurrirá luego. Por todo esto, al salir mi conclusión fue que la tecnología es importante, pero es solo un medio. Lo fundamental para tener una mejor educación deberá ser el cambio de actitud de todos los que hacen el sistema educativo, y eso no lo vamos a conseguir con los métodos de Raúl Vallejo y la Revolución Ciudadana, cuyo eje es castigar al que no se adapte a la línea oficial. ¿Qué es lo que el Ministerio de Educación quiere evaluar de los maestros? Si tienen muchos conocimientos o pocos, si son amigos de sus alumnos o si le caen bien al director de su escuela. Pero ayer alguien me decía que lo que deberíamos evaluar de un docente es si sus alumnos aprenden. Es absurdo creer que un profesor que durante dos o tres décadas ganó una miseria podrá estar enterado de las últimas tendencias pedagógicas. Pero es posible que aun así sus alumnos aprendan. Estoy seguro de que Rafael Correa aprobaría un examen de economía, pero nuestra economía está cada vez peor. Las evaluaciones, cuando son serias, se hacen por resultados. En sentido estricto, además, la educación no es tarea del maestro sino de la institución educativa. Cualquier fanático del fútbol sabe que el que gana o pierde no es el jugador sino el equipo. Del mismo modo, el que educa no es el docente sino la escuela. Eso no exime de responsabilidad al maestro como individuo, pero sí implica que cada docente debe ser evaluado como parte de una unidad educativa, y que los cambios, mejoras e inversiones deberían responder a una evaluación en la que los aspectos colectivos e individuales estén íntimamente entrelazados. Lo que ocurre es que nuestro sistema educativo está diseñado de otro modo. Acá lo que existen no son escuelas sino partidas presupuestarias, que se reparten como cuotas de poder. Vallejo lo único que quiere es continuar con ese sistema, solo que bajo su propia batuta, deshaciéndose del MPD para imponer a su propia gente y su propia estructura de poder. Pero hasta ahora reprobó. Convenció al Jefe de que los maestros harían fila para que los evalúen, y no fue así. Habrá que ver si a él también le aplican la regla de que a la segunda, se va a su casa. O si le adelantan la renuncia voluntaria, como sugiero yo.

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