jueves, 26 de marzo de 2009

A manera de corolario

A manera de corolario a mi entrada anterior, expongo el siguiente coloquio entre mi amigo ***"invisible" Xavier Flores, quien tiene una racional y coqueta tendencia a "comprender" los desatinos de la robo-lución ciudadana, y justificarlos, porque quien los lidera, tiene un discurso de izquierda con el cual él se identifica, o porque su propensión -la de Xavier- a la defensa de los derechos humanos desde una óptica aséptica y harto teórica, que raya en la utopía, el ingenuo idealismo y el "robusto" debate restringido a sus propios parámetros de debate, encajan y encuentran un nicho y acólitos en la dialéctica gobiernista, misma que ha degenerado en populismo y demagogia llenos de retórica y discursos incendiarios.

Anécdota ciclo-dialéctica (con gabachos de telón de fondo y sin café)
3.25.2009


Llegué unos pocos minutos antes al desayuno pactado en la cafetería del hotel Oro Verde. Estacioné mi bicicleta en un delgado árbol diagonal al consulado de los Estados Unidos de América. Me encontré con un amigo de tiempos cristobalinos, con quien conversaba corteses trivialidades hasta que apareció en escena un policía nacional. Me dijo, con la distante cortesía de quien ejerce autoridad, que no podía estacionarme en ese lugar. Sucedió un diálogo similar al siguiente:

xaflag: ¿Por qué?
policía nacional: Porque no puede, señor.
x: ¿Puedes explicarme el por qué no puedo? Porque para que yo no pueda hacerlo tienes que ofrecerme una razón, aunque sea chiquitita. (Hice un gesto con los dedos pulgar e índice para expresarle lo chiquitita que podía ser.)
pn: Por razones de seguridad.
x: Si esa es la razón, te pido que me expliques de qué manera mi bicicleta constituye una amenaza a la seguridad del sector. Mírala, es inofensiva. (Señalé la bicicleta.)
pn: (Pensó un rato, sabrá el Dios de los cristianos en qué y de qué manera) Es por las cámaras.
(En este punto se acercó uno de los guardias privados tantas veces mentados en esta bitácora como sujetos de escasas luces. Se acercó en plan mirón, solamente.)
x: Si esa es la razón, te pido que me expliques de qué manera afecta mi bicicleta en este árbol a la vigilancia que realiza la cámara del consulado.
(Pensó de nuevo –pensó es un decir).
x: ¿A ti no te parece (dije, dirigiéndome al gordito guardia privado que andaba de mirón) que no tiene lógica que se impida estacionar mi bicicleta aquí? ¿Te parece que afecta a la seguridad del sector o a la cámara del consulado? ¿Te hace sentir inseguro mi bici?
(El tipo no respondió y miró a otro lado –no creo que haya pensado ninguna respuesta, acaso una tarea demasiado compleja para él. Me di cuenta que la disputa era inútil, estaba de buen humor todavía y no quería perder más tiempo so pena de retrasarme para el desayuno.)
x: Entiendo tu preocupación (dije, dirigiéndome al policía), la que no tiene relación con la seguridad de nadie, ni con la del consulado. Todo es porque más tarde si la bicicleta sigue aquí tus jefes te pedirán explicaciones y quieres ahorrarte el problema. Tus jefes te dieron órdenes y tú solamente las cumples. Solo quería añadir que en el país del consulado estacionar la bicicleta donde yo lo he hecho es normal, muy normal. Dime, ¿el que no se estacione aquí la bicicleta, es por el consulado o por la regeneración?
pn: Por los dos. (El gordito guardia privado volvió a mirar.) Por el consulado y por la regeneración.
x: ¿Estás de acuerdo conmigo en que no me ofreciste ninguna razón válida para que no estacione mi bicicleta aquí, no? (se lo dije en plan distendido).
(El policía asintió sin mirarme a los ojos.)
x: Ok. Dime, ¿la puedo estacionar en este cesto, aquí junto? Está fuera del perímetro del consulado y, supongo, de su cámara.
pn: Déjeme consultar.
(Habló en paisano con el que supongo su superior inmediato. No escuché demasiado, porque llamé para avisar que ya entraba a la cafetería en un par de minutos.)
pn: Haga el favor, estaciónela en esas rejas afuera de la cafetería.

Hubo un último intercambio de trivialidades y estacioné mi bicicleta tal como puede observarse en la foto que arribaubico. Los hechos y el diálogo hablan por sí solos. Entré de inmediato a la cafetería donde, ¡chiale!, todavía no puedo tomar café por prescripción de mi dentista. (Jugo de sandía, por favor)

P.S.- El lugar de los hechos: el árbol, en la parte baja casi al centro.

Publicado por Xavier [Xavier Flores Aguirre]
Etiquetas: Anécdota ciclodialéctica, Bici peligrosa, Gabachos de telón de fondo



[Se han corregido ciertos dislates ortográficos involuntarios y garrafales deslices tipográficos]

Un alarde de gran preparación contrastado con la simpleza mental del gendarme.

Te has lucido. Demostraste que en ti impera el raciocinio y la lógica, fruto de una privilegiada educación. La razón está de tu lado.

No obstante, debes recordar que, al igual que el policía aquel y sus elementales procesos mentales, el 80% del electorado ecuatoriano se mueve mas o menos en el mismo nivel, gracias a la deficiente cultura y educación a la que han tenido acceso.

¿Lograste algún cambio en la mentalidad del sujeto en cuestión? ¿Te demostraste a ti cuan *inteligente eres en comparación a este insignificante policía? ¿Crees que el chapa aquel, aprendió o entendió algo? ¿Te diste cuenta que la secuencia de tus actos, simplemente denotó tu arrogancia, al mismo tiempo que vejó a un sujeto por hacer lo que le mandan, sin cuestionarse?

Si, de pronto el chapita este, también quiso saborear un poco de poder. Es propio de aquellos que son **insignificantes, y sabiéndose tales, procuran esas minúsculas satisfacciones, en actos como el del caso de la bicicleta.

80% de nuestro pueblo piensa y actúa de forma similar. Caldo de cultivo fértil para las demagogias y populismos, para el resentimiento social y los odios de clases. 80% de nuestro pueblo, es quien pone a, y vota por, los presidentes y aprueba sendos papeles higiénicos llamados constituciones. Es válido entonces asumir que el votante promedio, ese que es parte del 80%, no tiene idea, ni sabe escoger.

Perdón por desviarme de tu tema, pero valga la acotación al tema anterior sobre equidad electoral.

Abundando en lo dicho, ese espíritu de impunidad y de creerse la mamá de Tarzán que nos aqueja en el Ecuador, también se ha hecho manifiesto en este caso del policía.

Imaginemos que el gendarme simplemente cumple órdenes superiores, entonces, el mentalizador de dichas órdenes, debe ser alguien que desconoce la ley (lo cual no lo exime de responsabilidad) o simplemente le importa un bledo.

Tal y como hemos coincidido con Xavier, en Ecuador no hay estado de derecho, y eso se refleja en todas esas arbitrariedades que podemos ver, sufrir o experimentar en muchas instancias de nuestro diario trajinar. Y lo peor de todo, es que nos acostumbramos a ellas, son parte de nuestro pan de cada día y las aceptamos. Y cuando reclamamos por ellas, terminamos haciéndolo de la peor manera, atacando el problema por las ramas, y no por la raíz, como lo es increpando al pobre ignorante sobre su ignorancia y su actitud autoritaria, convencidos de que hemos dado una lección o hecho un punto o una aseveración y comprobación magníficas.

Insisto, la razón le acoge a Xavier, sin embargo su reclamo, o su trunco esfuerzo en cambiar la mente del pobre chapa se chocan con la realidad: la falta de educación en valores, en el respeto a los demás, y en el permisivismo y laxitud morales que nos aquejan, y que solo cambian, cambiando la mentalidad del sistema. ¿Cómo? Con educación, (aquella que hasta la fecha de hoy, ningún gobierno se ha molestado en sentar la primera piedra, a pesar de ser éste, por ejemplo, un gobierno de no se cuántas primeras piedras.)

No hemos visto, ni en este gobierno, ni en muchísimos otros que le antecedieron, ni el mas pequeño amago por querer cambiar esa mentalidad. Al contrario, hemos visto, como esa mentalidad, se ha convertido en el credo y praxis de éste y los otros gobiernos y ha sido expandida e inculcada al resto de la población. Y perdón por la letanía, pero éste es el punto álgido y el meollo del asunto, que motivan mi gran aversión a este gobierno y sus impunes actuaciones al margen del derecho.

Al chapita ese, le dan una orden, que raya en la prepotencia y en el abuso y en el desconocimiento de los derechos de los transeúntes y peatones. Los mismos gringos en su consulado se sienten con el derecho de cerrar las calles, amurallarlas y exigir/demandar del estado Ecuatoriano, que se permitan todos esos privilegios y arbitrariedades. Los ciudadanos se limitan a "agachar el lomo" y aceptarlo. Algún ingenuo bien intencionado repara en este abuso, y trata de hacer de éste hecho, un ejemplo con moraleja, un escarmiento moral para el pobre chapa, cuya ignorancia, fruto de políticas que promueven tal anquilosis cerebral, lo tienen a él y a muchos mas, sumidos en dicho estado mental de permisivismo, aceptación, laxitud moral, temor y actitud pusilánime ante quien le impone dichas obligaciones.

El pobre chapa tiene miedo de cuestionar al prepotente que le dio dicha orden. El pueblo tiene miedo de demandar de sus gobernantes, el ceñimiento a las normas y el respeto a la ley y a los derechos de las personas. Nadie, por ejemplo, le pone freno a los cinismos, y a las acciones y expresiones abusivas de este presidente, y sus adlátares, aquellas que son crasamente reñidas con la constitución que ellos mismos fabricaron y el derecho de los demás.

¿Se le puede ocurrir a alguien que cualquier país, pueda cerrar las calles aledañas a sus embajadas y consulados, dentro de los Estados Unidos, y que para ello, demande de las autoridades gringas, que se impongan dichas arbitrariedades? ¿No será que alguien, como Xavier levanta un reclamo, y éste tiene eco en muchos, y mas pronto que tarde, se aplican los correctivos?

Ahora, si el chapa actuaba de pura espontaneidad, y su actitud arbitraria y autoritaria se origina de su peculio y propia cosecha, igualmente, dicho acto responde al mismo problema de fondo: la mentalidad que se nos ha infundido, la de creernos capaces de decir y hacer lo que nos venga en gana, sin contemplar las consecuencias, o sin importar dichas consecuencias, y a sabiendas de que nos ampara esa pequeña cuota de poder, que nos hace sentir por encima de otros, aunque sea en ridiculeces como esa, y por un pequeñísimo momento.

Si un chapa ignorante, escuetamente educado comete estos abusos, bien sea, porque se siente valido ante su pequeña cuota de poder provista por su envestidura, o porque otro mas prepotente que él, se lo ordenó, ¿qué se puede esperar de un sujeto con un PhD, economista, supuestamente educado, pero lleno de complejos y taras de larga data, que se ha encaramado en el poder, con la envestidura mas grande de todas en este país?


*Inteligencia: muchos confunden inteligencia con educación y preparación. En este caso, no es tu inteligencia la que se puso de manifiesto, sino, el uso que le diste a ésta, gracias a las herramientas que posees: tu educación.

**Insignificantes o simplemente modestos y mas humildes que uno.

***Amigos Invisibles, los televidentes del difunto Dr. Manrique.

1 comentario:

Juan Montalvo dijo...

Juan Sebastián, mis respetos. Recién termino de leer el post y todavía no puedo quitarme la sana envidia que siento por no haberlo escrito yo mismo. Un análisis muy certero y sencilo de las diferencias de mentalidad ciudadana en unos países y otros, incluyendo la actitud perdonavidas del pedante xaflag y su bicicleta, porque, además, el suceso tiene aspecto de haber ocurrido, en caso de que realmente aconteciera, en otros términos más creíbles algo así como:

Policía: Haga el favor de retirar su bicicleta, no puede estacionarla en este lugar.
Xaflag: Disculpe, agente, ya la muevo.
En el café.... Xaflag, molesto, elucubra el post hablando de sujetos gorditos de pocas luces donde cree salir airoso pero queda como un progre vanidoso.
The End


Felicitaciones.