domingo, 15 de febrero de 2009

Narcopolítica

En ocasiones da, mas bien, risa ver como ciertos aficionados de este gobierno, hasta en los casos mas graves, crasos y evidentes, tratan de minimizar las cosas, desvirtuarlas y, siguiendo a su gurú Correa, hasta le echan la culpa a cualquier otro o desvían la atención en otros temas.

Leamos a mi estimadísimo amigo, don Omar Ospina:

¿Narcopolítica o caso aislado?

Publicado el 15/Febrero/2009 00:08

Por Omar Ospina García oospina@hoy.com.ec

Sí, es posible que la oposición y quienes han servido de caja de resonancia se estén anotando un pequeño triunfo en su confrontación con el Régimen, ad portas de las elecciones de abril. Pequeño en sus alcances, en sus motivaciones y en las miras que motivan el artificioso escándalo que ha suscitado un individuo posiblemente vinculado con el narcotráfico, seguramente partidario y amigo de los altos dirigentes de las FARC, empezando por el asesinado Raúl Reyes, y, por cierto, amigo y funcionario a las órdenes del ex ministro Gustavo Larrea, contra quien están apuntado las baterías con más sospechas infundadas que con razones válidas y comprobables. No se le perdona a Larrea su ideología izquierdista -de la que ahora parece que hay que avergonzarse- ni, mucho menos, sus acciones siempre del lado del socialismo y de los derechos humanos de quienes nunca han tenido ninguno.Sin embargo, se olvida que el Gobierno -cualquier Gobierno­ representa al país en su totalidad, a la nación, al pueblo. Y, por lo tanto, ese Gobierno es la imagen del país en el exterior. Imagen que está siendo deteriorada por un escándalo que no merece ni siquiera el nombre y que se remite, en su exigua pero magnificada importancia, a los hechos siguientes: el señor José Ignacio Chauvin, afiliado al partido Alianza País y ex subsecretario de Coordinación Política del Ministerio de Gobierno, conversó en algunas ocasiones con Raúl Reyes sobre asuntos que deben investigarse, como ha dicho el mismo Gobierno que tiene que hacerse. Y, posiblemente, tenga vínculos con una familia de narcotraficantes ecuatorianos, al igual que algunos miembros o ex miembros de la Fuerza Pública.Todo eso hay que probarlo y, de ser hallado culpable el acusado, ha de ser condenado a la pena que merezca y se establezca en los códigos, en unión de sus cómplices, si los tuviere. Pero el caso es que, hasta el momento, todo no es más que presunciones circunstanciales. Y me refiero a los motivos de sus charlas con los guerrilleros de las FARC y a sus posibles conexiones con el narcotráfico, no al hecho simple de haber hablado con Raúl Reyes media docena de veces, porque eso no es delito hasta donde se me alcanza. Como no lo es que algunos acusadores gratuitos de hoy hayan sido íntimos amigos y contertulios de Augusto Pinochet, por ejemplo, él sí comprobadamente un genocida y un ladrón. El caso debe dejarse a la Justicia: no son los propietarios de la inocencia y la virtud los llamados a juzgar y a condenar sin pruebas evidentes y sin que el reo haya sido escuchado en un juicio imparcial. Y menos pueden extenderse las presunciones a todo el Gobierno, por prurito oposicionista, sin pruebas en la mano.Quien debe estar feliz es el presidente de Colombia, Álvaro Uribe, a quien se le dan argumentos contra el Gobierno ecuatoriano. No es lo mismo un funcionario quizás culpable de sedición y de narcotráfico, que medio partido político -el uribismo- interdicto por sus vínculos mafiosos, con la mitad de sus miembros en la cárcel y con un consejero presidencial que fue familiar y defensor del mayor narcotraficante de la historia de Colombia. No es justo que un caso aislado, por importante que sea y como en efecto lo es, se califique como "narcopolítica" en términos tan generales.
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Mi comentario, que se lo envié a él y al dirio HOY:

Estimado Don Omar

El escándalo de Chauvín, no es un hecho aislado. Es un caso sumamente grave, por tener como posibles elementos participantes a un ministro y su viceministro y las ramificaciones de éste. No se trata de un burocratilla de segunda o tercera categoría, se trata de los miembros de la cúpula gubernamental, mismos que a su vez son, respectivamente, elementos claves del politburó y fundadores originales del movimiento que acompaña al propio presidente y su gobierno. Correa es el presidente de los ecuatorianos, mas él, no es todos los ecuatorianos, ni todos nos sentimos ser representados por ese señor. Además las acusaciones hechas en este escandaloso caso, no son presunciones circunstanciales, pues si un ecuatoriano confirma que tiene conocimiento de la presencia de bases subversivas narcoterroristas en territorio ecuatoriano y no lo denuncia, simplemente se convierte en cómplice y encubridor de ellas, y de paso es un traidor a su país, peor si esto sucede mientras desempeña las funciones de ministro o viceministro de seguridad interna. Las suspicacias se van convirtiendo en certezas, y muchas otras, no son aclaradas por el gobierno, como los aportes no justificados a la campaña que el propio hermano del presidente denunció. Si vuela como pato, camina como pato, huele a pato, y suena como pato, lo mas probable es que se trate de un pato.
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Y esta otra publicada aquí:

A juzgar por los últimos acontecimientos dados sobre el escándalo Chauvín-gate, se podría decir que el ataque del ejército colombiano a un campamento de las FARC ubicado en territorio ecuatoriano, encuentra suficiente justificación. Nuestro presidente, cual marido infiel que ha sido sorprendido in fraganti, optó por negarlo todo. Ofendido y ultrajado, emprendió una vehemente campaña internacional con giras y visitas a diferentes países, para conseguir sus adherencias y la condena a la violación de nuestra soberanía territorial. En una de esas visitas, específicamente en Perú, Correa dijo que su gobierno estaba tan libre de cualquier ingerencia de las FARC, que si alguien probaba o demostraba que las FARC se han infiltrado en su gobierno, (tesis que sostiene y sostuvo Colombia, y razón para haber actuado como lo hizo) él –Correa- ponía su cargo a disposición. ¿Será que el señor Correa hace honor a lo que dijo, y renuncia? ¿Será que, para librarse, le hecha la culpa a la prensa, a los pelucones, o dice que lo han sacado de contexto, o que es un montaje? Recomiendo ver el siguiente video: http://www.youtube.com/watch?v=nri6fbpIKeg Las imágenes no mienten.

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